viernes, 12 de febrero de 2010

Respuesta que escribí para alguien que decía no entenderme...

... y ahora la comparto con todos ustedes.



No es fácil entenderme, no es fácil entenderte, no es fácil entender a las personas… quizás eso sea lo grandioso de nuestra condición.

Las palabras son muros, también caretas, a veces cristales empañados y, no siempre, manos tendidas. Las palabras simplifican y complican las cosas.

Las palabras, benditas sean, nos permiten etiquetar y presiento que allí está la raíz de tu sensación; es tan cómodo poder decir “fulano de tal es... zurdo, facho, peroncho, gorila, gay, hipócrita, santo"; todos los adjetivos que puedas imaginar...

Las palabras, también, habilitan diálogos de sordos.


En ocasiones sirven, como no, para conversar y comunicarse. No siempre pero, a veces....


Me dices que tal vez sea, o que debiera ser, licencioso, copulativo, guarro, quizás.

Eso, amiga, es algo que he sido durante dos años maravillosos y terribles. Dos años que, hoy, reservo para la nostalgia.

Zalamero y franelero, hay quienes pueden atestiguarlo en beso propio, pero está mal que yo hable de ello.


No soy unívoco.
Soy contradictorio en mor de la dialéctica. No creo en verdades absolutas, ni en el blanco, ni en el negro, ni en el gris, sino en la multiplicidad tornasolada del prisma. me gusta ver las cosas desde varios ángulos, lo que algunos llaman indefinición…

A veces me pica el bichito totalitario, no en balde fui discípulo de Cristo y, luego, de Marx.

No, no soy gracioso, ni ocurrente, ni divertido. Si buscas entretenerte no acudas a mi.

Bueno, exagero, un poco de humor tengo; pero extraño, algo friki, amigo de los retruécanos o de las alusiones históricas (debo ser de las pocas personas que se ha reído leyendo a Tomás Moro o a Rousseau) me gustan los Monty Python o Les Luthiers o la ironía amarga de los Rubaiyat.

Pero también me río con Capussotto.


Pese a ello hay gente que me quiere, que me estima y, hasta por ahí, admira lo que hago.

Otros no me soportan, como dijo Mordisquito: “quevachaché”.


Recorré, no obstante, mis blogs. Hay alegría y hay bronca en ellos, hay bastante víscera, sólo que no a todos nos gusta mostrarla de la misma manera.


Canceriano dices… ¿qué es eso?. un grupo de estrellas alejadas a años luz de la Tierra que, desde cierto ángulo, semejan la figura de un cangrejo (según la fantasía de un babilonio) y en las cuales vino a caer el sol en un día de julio de 1964 ¿determinan mi personalidad? ¡por favor!

Gracias por tus buenos deseos, los reenvío hacia vos.
Con un beso
Gustavo

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